Sobre mí
“Creo que mi arquitectura es capaz de tener una relativa fragilidad en connotación con ese acercamiento a la arquitectura a partir de una impresión y que luego se desarrolla racionalmente.”

Luis María Celada
Luis María Celada nació en Palencia en 1970 y se formó como arquitecto en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valladolid. Durante sus años de formación, colaboró con el arquitecto Roberto Valle, participando en proyectos destacados como las oficinas para el periódico «El Mundo» y el Museo Etnográfico de Castilla y León en Zamora.
En 1999, decidió establecer su propio estudio en Cantabria, donde ha desarrollado una carrera marcada por la búsqueda de la excelencia y la innovación en cada proyecto. Su participación en la Comisión de Asuntos Tecnológicos del Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria (COACan) y su labor como Director Técnico y Gerente de la Entidad para el Control de la Calidad de la Construcción en Cantabria (ECC Cantabria) durante cinco años, reflejan su compromiso con la calidad y la mejora continua en el ámbito de la construcción.
Además, Luis María ha realizado cursos de doctorado en la Universidad Politécnica de Madrid, obteniendo la Suficiencia Investigadora con trabajos centrados en la obra del arquitecto Álvaro Siza, profundizando en temas como «El significado del croquis en la obra de Álvaro Siza» y «Ornamento y delito en Álvaro Siza». Varias de sus obras han sido seleccionadas y publicadas por la Fundación Arquia/Próxima, reconociendo su aportación como joven arquitecto.
Actualmente el estudio lo forman un equipo de 2 arquitectos, 1 ingeniero, 1 aparejador y 1 delineante. Todos ellos personal joven con altas capacidades en el desarrollo de proyectos y direcciones de obra, poniendo al servicio las ultimas tecnologías en BIM, Revit, IA generativa, Realidad aumentada (RA) y Realidad vitual (RV).
Diálogo, composición y escala: tres ingredientes esenciales para crear arquitectura en tiempos complejos.
¿CÓMO SE CONCIBE LA CREACIÓN ARQUITECTÓNICA EN EL ESTUDIO?
A diferencia de otras muchas disciplinas, el hecho de proyectar, crear o sugerir pasa por un proceso de ida y vuelta constante, de lo general a lo particular y de lo particular a lo general, de las partes al todo y viceversa.
Pocos esfuerzos creativos ofrecen la posibilidad de desplazarse desde escalas territoriales al 1/1 del detalle, procesos que nos permiten escribir el guión de una obra mediante un proyecto, y que va ser después, en su construcción, cuando se va convertir en ARQUITECTUTA. En el transcurso de la obra, el diálogo y la composición vuelven a jugar un papel muy importante, nos marcaran una pautas de actuación, que nunca antes, ni en el proyecto, hemos podido adivinar.
Claro que es importante la piel, el programa, la estructura, la sostenibilidad…. pero lo imprescindible es conceptuar la idea y materializarla lo más correctamente posible, no debemos caer en las falsas tendencias de la moda, el diseño y los Star Architects.